¿Por qué se cae el cabello?
Perder cabello puede sentirse como ver arena escaparse entre los dedos: cuanto más intentas aferrarte, más rápido parece desaparecer. Pero, ¿es realmente inevitable? Hoy desmenuzamos las razones detrás de la caída capilar y exploramos cómo HairClinic JDL transforma preocupación en confianza con soluciones médicas y estéticas.
Entendiendo la caída capilar: datos básicos
Estadísticas globales y mexicanas
Según el Concejo Nacional sobre el Envejecimiento (NCOA), el 85 % de los hombres y el 33 % de las mujeres experimentarán algún grado de pérdida capilar a lo largo de su vida. En México, se estima que el 50% de la población masculina presente algún tipo de alopecia en su vida, principalmente de tipo androgenética mientras que del 30 al 45% de las mujeres desarrollan algún tipo de pérdida importante de cabello, sobre todo después de la menopausia o asociada a factores hormonales o estrés.
Ciclo de crecimiento del cabello (anágena, catágena, telógena)
Imagina una planta perenne: brota, florece, se marchita y, tras un periodo de reposo, vuelve a crecer. Tu cabello sigue la misma coreografía:
- Anágena (2‑6 años): fase de crecimiento activo.
- Catágena (2‑3 semanas): transición; el folículo se encoge.
- Telógena (2‑4 meses): reposo; el cabello finalmente se desprende.
La pérdida se vuelve preocupante cuando más de 100 cabellos entran en telógeno cada día… ¡y no regresan!
Factores genéticos y hereditarios
Alopecia androgenética en hombres
Piensa en una receta de familia: si papá y abuelo la compartían, tú también la heredas. Los andrógenos miniaturizan los folículos, sobre todo en la coronilla y entradas. El resultado: cabellos finos como hilo dental y un cuero cabelludo cada vez más expuesto.
Patrón femenino: mitos y realidades
Las mujeres no suelen quedar totalmente calvas, pero ven su raya central ensancharse cual avenida a hora pico. ¿Culpables? Genes, estrógenos en descenso y la enzima 5‑α‑reductasa jugando en su contra.
Estilo de vida y hábitos diarios
Alimentación: nutrientes clave
Tu cabello es como un jardín; sin agua ni abono, se seca. Proteínas, hierro, zinc y biotina son el fertilizante esencial. Dietas sin sustento científico cortan el suministro y el cabello levanta huelga.
Estrés crónico y cortisol
Cuando el jefe grita, el cortisol sube. Este “villano hormonal” empuja los folículos a fase telógena prematura. Tres meses después del evento estresante, el pelo cae a puñados y tú culpas al shampoo equivocado.
Peinados y herramientas de calor
Colas de caballo tirantes y planchas a 230 °C son la versión capilar de usar tacones 24/7. El resultado: tracción, rotura y puntas que parecen plumas deshilachadas.
Enfermedades y condiciones médicas
Trastornos tiroideos
Una tiroides lenta es como un motor sin gasolina: todo va despacio, incluso el crecimiento del cabello. Resultado: hebra frágil y caída difusa.
Anemia y deficiencia de hierro
Sin hierro, la hemoglobina no transporta suficiente oxígeno a la raíz. El folículo “se ahoga” y abandona el barco prematuramente.
Alopecia areata: mecanismo autoinmune
El sistema inmune se confunde y ataca al folículo como si fuera un intruso. Se forman parches redondos, a veces del tamaño de una moneda, otras, de un plato.
Medicamentos y tratamientos agresivos
Efectos secundarios de fármacos comunes
Antidepresivos, antihipertensivos y retinoides pueden incluir “efluvio telógeno” en la letra pequeña. Si notas la ducha repleta de mechones tras iniciar una nueva pastilla, el médico debe saberlo.
Quimioterapia: ¿siempre irreversible?
La quimio bombardea células de rápido crecimiento, incluyendo las del folículo. Buenas noticias: en la mayoría de los casos, el cabello regresa 3‑6 meses después del último ciclo, aunque la textura puede cambiar.